martes, 20 de diciembre de 2016

NOVENICA AL NIÑO JESÚS – Día quinto


Dulce Jesús mío, mi niño adorado ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, De Israel anhelo Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado ya la oveja arisca, ya el cordero manso!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado! ¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
LA PALABRA DE DIOS
"Al cabo de tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles: todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.
Cuando le vieron quedaron sorprendidos y su madre le dijo: Hijo ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando. Él les dijo: ¿Y por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre? Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.
"Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres". (Lc. 2, 46-52)
REFLEXIÓN
La sagrada familia es el modelo  para las familias cristianas: los padres no solamente deben proveer el alimento, vestido e instrucción de sus hijos; sino que tengan en cuenta que son sus educadores especialmente en la fe. Enséñenlos a cumplir sus deberes para con Dios y para con el prójimo. Los hijos, por su parte, a ejemplo del Niño Jesús, tengan cariño a sus padres y sean dóciles a sus enseñanzas para que puedan formarse buenos ciudadanos y buenos cristianos.
ORACIÓN FINAL
Oh Jesús, bendice nuestras familias para que los padres sean más responsables de su delicada misión y para que reinen más amor y más comprensión entre padres e hijos. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario