Un mes más llegamos a vosotros para acercaros un poco más a ese mundo tan desconocido de la cárcel. Las personas presas comparten sus pensamientos, sus sentimientos, su forma de ver la vida. A nosotros nos toca abrir nuestras mentes y nuestro corazón, para acoger como las personas que son, y como siempre... rezar por ellos y por sus familias.
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